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EGOS
EGOS
El concepto del ego o el yo, que alude a la conciencia, a la psique o a la propia alma, se transforma cuando evocamos el termino en plural: egos. En este caso aludimos a la valoración excesiva de uno mismo, el superego freudiano de quien se ve reflejado en su espejo como un ser encumbrado por encima del resto de mortales. Los conceptos egocéntrico y egoísta vienen a matizar al del superego, cuando aluden a los que creen que sus opiniones y logros son más importantes que los de los demás o que debe anteponerlos en interés propio, aunque sea a costa de perjudicar a los demás. Todo ello está muy imbricado con el narcisismo, es decir la admiración excesiva y exagerada que siente uno por si mismo, ya sea por su físico o por sus dotes intelectuales. A la mente nos vienen algunos ejemplos de personajes que reúnen todos estos términos y, de entre ellos, destaca la figura de nuestro presidente del gobierno Pedro Sanchez Perez, cuyo ego, superego, egocentrismo, egoísmo y narcisismo queda bien patente en cada una de sus actuaciones, decisiones e iniciativas. Un individuo tóxico que es capaz de utilizar a cualquier persona o recurso como pedestal para elevar su mediocre figura, aparentando lo que no tiene, talla moral y dimensión de hombre de estado. La tentación de inflar nuestro ego esta presente en todas las capas y estratos de la población y se ve reflejada, cada vez más, en las llamadas redes sociales con la necesidad acuciante de ser reconocidos por lo que somos o aparentamos ser. Demandamos respuestas en forma de “likes” o “me gusta” a los amigos, reales o virtuales, cuando les mostramos nuestro trabajo “intelectual” o nuestras mejores imágenes. Un mundo en el que el esfuerzo, el trabajo honesto, el quehacer diario anónimo, los valores de honestidad, modestia, decencia, austeridad, integridad, lealtad, cortesía o urbanidad, han dejado de tener sentido para los que creen que hay que llegar a la cumbre por el camino más corto, el de la traición, la falsedad, la felonía, la inmoralidad, el embuste o la infamia. Teniendo como ejemplo al presidente del actual gobierno será difícil que los jóvenes sigan otro camino que el que les ha marcado: “es complicado llegar a conseguir tus metas con honestidad, escoge el camino más corto, el de la inmoralidad, con el que he conseguido llegar a presidente”
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