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BLANCO
Blanco. Pido tu voto en blanco, quiero una marea, un tsunami, un ejército blanco de votos. Blanco de iras provocadas, de indignación acumulada, llenando las urnas de blancura inmaculada, de ausencia de colores. Ni azul de gaviotas ni rojo de puño y rosa, ni verdes, naranjas, martillos, hoces o franjas periféricas independientes. Todos llevan la mancha del color, la ausencia de blanco.
Lo hemos visto, oído, sentido. Negro sobre blanco. Han sacado todas las vergüenzas, unos y otros, los que están, los que se van, los que vuelven, los que esperan. Todos, con su color contaminado, nos seducen, prometen, engatusan, atraen como la flor a la abeja, eclipse de luz y miel. Blanco y en botella, ahí los tienes, llenos de manchas, tras haberles entregado carta blanca. Un río mugriento negro, con esa negrura profunda que es la suma de todos los colores, nos inunda, mancha, ensucia hasta dejarnos en blanco y sin blanca. Políticos, monarquía, jueces, deportistas. Este es el Blanco España, con más manchas que un deshollinador.
Según el diccionario: “Blanco es el color de la luz solar no descompuesta en los distintos colores del espectro” No contaminado, ausente, limpio, puro.
Creo en la democracia como la mejor manera que los mortales tenemos para decidir y controlar el poder, aunque sea solo una vez cada cuatro años, mediante la papeleta que introducimos en la urna transparente. Vamos a llenarlas de blanco, una bandera blanca de paz y no de rendición. De lucha, revuelta, combate, choque. Un voto en blanco para gritar ¡Basta ya! ¡Se acabó! Queremos lavar las manchas.
La abstención no cuenta, puede ser desidia, impedimento, rechazo del sistema o irreflexión. La abstención no tiene dueño, pero sí cuentan los votos en blanco como puñales, un mar de votos limpios que gritan y escupen blancor a la cara de políticos corruptos, una mayoría que levante banderas blancas de rabia, indignación e higiene. Vamos a llenar urnas blancas con tu ayuda, pásalo si estas negro e indignado. Una mayoría en blanco que podrá cuantificarse, será nuestra voz, protesta y fuerza. Ese será el objetivo, la diana, nuestro blanco.
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